lunes, 26 de febrero de 2018

Salvajes sin escrúpulos



Cualquier evento deportivo que necesite para su seguridad la presencia de 600 agentes de policía y 200 vigilantes privados debería estar prohibido. Los altercados ocurridos el jueves en las inmediaciones de San Mames fueron realmente trágicos. La algarabía se cobró la vida de un ertzaina, que murió de parada cardiorrespiratoria, debido sin duda a la tensión que le provocó la trifulca entre hinchas radicales, poco antes del partido. También necesitaron de atención médica once personas. Y otras nueve fueron detenidas: «peccata minuta» para lo que podía haber ocurrido. El espectáculo dantesco que vimos nos lleva de nuevo a reflexionar sobre qué se debe hacer con los clubs de fútbol que se niegan a tomar medidas para expulsar a sus ultras. ¿Echarles de la liga? ¿De las competiciones europeas de la UEFA?  El problema es de gran envergadura. Y de carácter colectivo. Pues todos los equipos tienen ultras. En el toma y daca botellazo-pirotécnico que vimos el jueves se enfrentaron los radicales de Herri Norte, del Athletic, y los del Spartak de Moscú. Fanáticos que dan mucho miedo. Y si echamos un vistazo por otros equipos, los encontramos todavía peores. Los sindicatos de la Ertzaintza reclaman que este tipo de actos violentos sean tratados como delitos de terrorismo. Una petición muy acertada. Podría ser el primer paso que lleve a encontrar una solución a este problema.
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